Creemos que, con María, es el Espíritu quien nos mueve a iniciar este camino hacia una nueva vivencia de nuestra presencia de comunión. Somos con otros/as, en un diálogo permanente, a imagen de la TRINIDAD. La apertura, la necesidad de los otros para identificarnos y vivir, y para ser plenas, es pedagogía de Dios desde siempre. No hay otro camino que el de entrelazarnos corresponsablemente para sumar y construir juntos, en sinodalidad. Esta es nuestra “profecía de la fraternidad”.

Durante este tiempo de discernimiento profundizaremos la invitación a “ser presencia del Presente”, a la comunión, que es el largo camino que nos lleva del yo al nosotros/as, y la llamada a compartir generosamente lo que somos y tenemos, nuestros “panes y peces”. Lo haremos desde la vulnerabilidad, propia y ajena, que vamos descubriendo como oportunidad y lugar de gracia, donde Dios actúa y nos abre a los otros y a Él mismo, en un movimiento continuo de amor, de dar y recibir, cuidar y ser cuidados.

Por eso, decimos que deseamos poner en el centro, con gestos concretos, la vida fraterna, la esperanza y el cuidado de la vida más amenazada en todas sus formas. A cuidar nuestra vocación y la conexión con la Fuente, porque sentimos que la energía se nos puede ir detrás de muchas exigencias y tareas, sin olvidar que “somos una misión en esta tierra”.

Es un logotipo con trazos simples y artístico, donde se esboza el mundo en el que vivimos y al que somos enviadas.

Jesús Eucaristía es el SOL que nace de lo alto, sol de justicia que nos ha venido a visitar. La espiral, el Espíritu, está en los vestidos de María, la Cómplice del Espíritu, y en las dos personas, misioneros y misioneras, hombres y mujeres de esperanza en comunión.

María tiene el Pan partido en sus manos, pan eucarístico que es Jesús, que ha sido engendrado en el seno de María y ella lo ofrece a la humanidad, para saciar todo tipo de hambre.

Junto con los elementos de la naturaleza, elementos verdes y plantas, está la madre tierra y el agua en la parte de abajo, en una integración que nos evoca la expresión de Laudato si: “En comunión con toda la Creación. La Eucaristía es de por sí, un acto de amor cósmico, es el foco desbordante del amor” (L.S.n.2-3) y desde ella somos misión, enviadas a cruzar todos los mares.

El colorido de los vestidos representa la riqueza y diversidad del mundo y de nuestra Familia congregacional.

Abril: Oramos para que el Espíritu nos mueva a ser personas de esperanza, y podamos alimentar la esperanza de nuestros hermanos desde la alegría.

Marzo: Oramos para que el Espíritu nos regale creatividad, audacia, profetismo para ser anunciadoras de VIDA desde nuestro carisma cuidando los encuentros de tú a tú con cada persona.

Febrero: Oramos para que el próximo Capítulo General sea un acontecimiento eclesial unido al Sínodo que se está preparando en Roma, que nos impulse a seguir caminando juntos como pueblo de Dios en misión.