III DOMINGO DE CUARESMA
Evangelio: Jn 2, 13-25
Me pongo en presencia del Señor, invoco al Espíritu Santo. Desde mi pobreza y mi debilidad reconozco mi a
ctitud de vida frente a Ti y a mis hermanos.
El evangelio de hoy me hace una invitación a entrar en el interior de mí misma. Hacer una revisión de mi propio templo.
Dejo entrar a Jesús a mi corazón en un momento de silencio. ¿Qué encuentra Jesús dentro del templo que es mi corazón y es su casa? Todos los días en la comunión entras a tu casa, entras a mi corazón, ¿cómo lo encuentras?
¿Qué basuras encuentras?
Esto me estremece, reconozco mis miserias humanas que no me dejan crecer como persona y crecer en la Fe y en el amor a Ti. Mis egoísmos, mi falta de delicadezas con los demás, mi amor propio, mi orgullo. Hoy quiero pedirte perdón y decirte Jesús, que me ayudes a ser coherente, auténtica y vivir con alegría. Jesús entra en mi corazón, soy tu templo. Tú quieres vivir en mi vida, eres celoso y no quieres que profane tu templo. Ayúdame a ser Luz para los demás y mi vida sea como esa flor de almendro blanca y sencilla.
Señor acrecienta mi deseo de vivir en oración, ayúdame, dame un azote y que salga de mi corazón todo lo que no te gusta y sólo te deje habitar a Ti que has dado la vida por mí y me amas con locura. Para Ti todo es posible. Confío en Ti, me pongo en tus manos y en las manos de tu Madre la Virgen María.
Raquel Barrón, mel
@raquelbarron81
