IV DOMINGO DE PASCUA
Evangelio: Jn 10, 11-18
Tú me has llamado a ser prolongación tuya, en entrega voluntaria y alegre!
“Conozco a los míos y ellos me conocen”
El cuarto domingo de Pascua es siempre un momento muy significativo para mí y para toda la Iglesia, día del Buen Pastor, Jornada Mundial de Oración por las vocaciones.
Tú eres Señor el Buen Pastor, el que guía a su rebaño, el que conoce, cuida, ama y llama a sus ovejas.
He sentido tu llamada (ya hace 37 años), a los 18 años sentí con inmensa fuerza que pedías mi vida, no mi tiempo, no mis cualidades, no mi “hacer”, sino mi corazón, mi persona entera, y te he seguido como oveja que busca al Pastor, y hoy siento que me haces tan feliz!!!!
Tú, Jesús, conoces a tus ovejas y ellas te siguen. La experiencia honda de sentirme conocida por ti, de saber que conoces mis entrañas, mis deseos más profundos, mis temores y mis miedos, mi pobreza más oculta y que conociéndola, me sigues llamando, es algo difícil de explicar, es experiencia que llena la vida. Cada día tú das la vida por mí, por cada hombre; en cada eucaristía celebrada y adorada, ¡sí por mí y por todos! esta corriente de amor me envuelve en un dinamismo eucarístico de entrega en ti y contigo.
Necesito conocerme para conocerte a ti, y conocerte para conocerme a mí…conocer tu amor para amar en ti, conocer tu modo de mirar, de cuidar, de querer, de llamar…para ser de los tuyos.
Seguirte requiere estar permanentemente a la escucha; escucharte cada día, acoger tu Palabra como mi alimento diario. Escucharte en todo, en los hermanos, en las situaciones difíciles que vivimos, en el gozo y en la alegría.
Escucharte y para ello hacer silencio, dejar resonar tu voz, tu voz que es distinta a todas, la voz del Pastor, que da seguridad, que conduce, que guía, que serena; Tú eres mi Pastor, mi Buen Pastor, eres el que da la vida, voluntariamente, nadie te la quita eres tu quien la das.
“No es que nadie nos quite la vida, nosotros la entregamos libremente, sirviendo a los demás humildemente llenamos de alegría el corazón. En ofrenda voluntaria y alegre, entregamos nuestras vidas al Señor, con sencillez dulzura y humildad, nuestras vidas para gloria del Señor”
Este es mi lema, el lema de nuestra Congregación, de nuestra Familia Missami, OFRENDA VOLUNTARIA Y ALEGRE. Como TÚ, Contigo y por Ti.
Marian Macías Rodríguez
@marianmss