Amén porque los días en que estando Tú presente en mi vida no he podido verte, por cada despojo y desprendimiento que me has pedido, por las resistencias y tirones de mi ser frente a estas situaciones.
Amén por cada momento de incomprensión dado por los momentos de cerrazón y de egoísmo.
¡Aleluya! por tu presencia constante en mi vida, por alentar y fortalecer mi debilidad, por los momentos en los que me has permitido ser pan partido entregado para mis hermanas y hermanos, por tantas alegrías, fiestas y bendiciones, por los acontecimientos extraordinarios manifestados por tu amor y misericordia, porque a pesar de mi nada, Tú eres el que sigues amando.
Misionera del Santísimo Sacramento y María Inmaculada