XV DOMINGO DEL TIEMPO ORDINARIO

Evangelio: Marcos 6, 7-13

24. los-envio-de-dos-en-dosSiempre que hay un llamado se espera una respuesta, ya sabemos la respuesta que dio cada uno de los discípulos de Jesús, la manera y el momento en que los llamó personalmente. El evangelista Juan nos dice sobre los cuatro primeros discípulos, que eran pescadores y además puntualiza un detalle muy particular…Eran las cuatro de la tarde, de Mateo sabemos que estaba sentado en el mostrador de impuestos, y de Natanael, que ya Jesús lo había visto debajo de la higuera, en fin, el llamado es personal y el momento para cada uno y la respuesta que conlleva es única y especial, luego ese llamado cobra connotaciones en el camino de la vida, en el envío que ya no es de una manera personal, sino de dos en dos, es decir con otro, con otros, en comunidad y además con unos poderes sobre el mal del mundo, que bien podemos caminar de dos en dos, no en la soledad y en la indiferencia, sino apoyados en la experiencia personal de Jesús con valentía y generosidad.

Las recomendaciones e instrucciones de Jesús van cargadas de una gran responsabilidad frente al ser y al tener no hay que llevar pan, ni alforja, ni sandalias, nada de repuesto que encandile la mente y entretenga el espíritu, el ir ligeros de equipaje ya hace que “se expulsen los espíritus inmundos” que atrapan al ser humano, aquí podemos hacer eco de las palabras de Jesús frente al tentador, “no sólo de pan vive el hombre sino de toda palabra que sale de la boca de Dios”. Mt, 4,4.

Jesús con su pedagogía nos enseña a llevar a cabo la misión, que es más fácil a veces de lo que parece, porque el que llama y envía es Él, y por lo tanto es quien abre la mente y el corazón de quienes se les anuncia el mensaje de la salvación y si no hay quien lo reciba, es preciso “sacudir el polvo de los pies”, porque la Palabra de Jesús es un don que sitúa a quien la recibe ante una decisión ineludible y puede ser rechazada pero no por ello hay que desanimarse, cansarse, por el contrario es necesario buscar otros horizontes, nuevas fuerzas, quienes no acogen el mensaje de salvación dejan pasar la posibilidad de que Dios cambie sus vidas.

“Ellos salieron a predicar la conversión”, ungían, echaban demonios, curaban a los enfermos, tarea que debería ocuparnos a nosotros misioneros, misioneras, salir por los caminos del mundo vacíos de nosotros mismos pero llenos del amor de Dios y de la confianza de que es Él quien nos llama y envía para que el Reino de Dios sea conocido y amado y a todos llegue la salvación.

Liliam Taborda, mss
@lianmartv