Estoy invitada a escribir mi Amén, Aleluya inspirada en el de María Emilia.
AMÉN, actitud interior de reconciliación con todo y con todas y todos.
ALELUYA, actitud de reconocimiento ante el actuar de Dios en la propia vida y en la historia.
En vez de AMÉN, yo digo HÁGASE, de acuerdo mi Señor.
En vez de ALELUYA, yo digo GRACIAS.
Los dos son gritos que nacen de dentro.
Amén a mi ser, a mi edad, a mi momento vital.
Aleluya al actuar de Dios, que da el crecimiento sin que sepa cómo.
Amén ante la precariedad y la fragilidad de la vida.
Aleluya ante la creatividad y la belleza de la naturaleza y del cosmos.
Amén a las sorpresas del acontecer diario, a las despedidas y las ausencias.
Aleluya a los encuentros, a las relaciones que nutren, a las personas que muestran signos de la bondad de Dios.
Amén ante lo diverso, lo diferente, lo incompleto.
Aleluya ante la paciencia, la fortaleza, la resiliencia.
Amén a lo que acontece, a la realidad como es y no como me gustaría que fuera.
Aleluya al sueño realizado, al trabajo bien hecho, al optimismo puesto en marcha.
Amén a tu Palabra, a tu acción, a tus movimientos.
Aleluya a tu Reino presente, al Espíritu creando y generando vida, inclusión y amor.
Elisa Mármol,mss