XVII DOMINGO DEL TIEMPO ORDINARIO

Evangelio: Marcos 10,2-16

¡¡¡Dicen que Jesús era gallego!!!…bueno parece que le gustaba contestar con otra pregunta…perdón por los gallegos, pero es una preciosa estrategia de comunicación.

Estamos tan acostumbrados a dar consejos, a dar opiniones incluso cuando no nos las piden y a juzgar y comparar. Hoy Jesús yo también me siento interpelada por tu palabra, te pongo a prueba muchas veces cuando dudo de tu Palabra, que es vida para mí.

Siempre que me hablas me llevas a mí misma, me invitas a la unidad, a la fidelidad, y yo te pregunto por el “divorcio”, no solo el que se produce cuando un hombre y una mujer se separan….sino de mis propios divorcios…, cuando me vivo dispersa, viviendo sola las cosas, sin contar contigo.

Ser una sola carne, sí ser una sola en unidad contigo, el Dios que me habita. Y verte en todos porque estás.

Entiendo que me hables hoy también de la mirada de niño, sí solo los niños entienden de unidad, solo los niños aman verdaderamente, sin juzgar, sin miedos ni prejuicios, en ellos no hay DIVORCIOS, saben estar y abstraerse cuando juegan, cuando ríen, cuando aman.

De los que son niños es el Reino, dejad que se acerquen…quiero que me reveles Señor cómo hacerme niña para saber comprender el Reino, abrazar a los niños, y dejarme abrazar por ellos, sean de la edad que sean… También los ancianos que son como niños…, tú bendecías y abrazabas Señor. Enséñanos a bendecir, abrazar a mirar con ojos limpios, de unidad.

05. ojos-de-pureza

Marian Macías, mss
@marianmss