XXX DOMINGO DEL TIEMPO ORDINARIO
Evangelio: Marcos 10,46-52
En este Evangelio admiro mucho el gesto de Jesús, de saber escuchar y una actitud de humildad para pedir ayuda, como lo hace en su postración el ciego.
«¿Qué quieres que haga por ti?» Yo también hoy te digo Jesús, ten compasión de mí, límpiame de mi ceguera. Dame esa humildad para pedir ayuda y vivir en gratitud. «Maestro, que pueda ver.» Que pueda vivir el proyecto de Dios, que nada ni nadie pueda impedir acercarme a Ti en los momentos difíciles. En ti confío Señor.
«Anda, tu fe te ha curado.»
Señor aumenta mi Fe, para ver que Tú eres el único amigo que no falla nunca. Me siento débil y pobre sin Ti, eres mi única fuerza.
Hoy compartí con una joven, justamente la Fe en Dios. Me decía: necesito creer en Dios y en las personas. El ser humano busca a Dios cercano y quiere encontrar en nosotros a ese Dios vivo lleno de ternura. Yo también quiero encontrar a Dios en todo lo que hago y digo, para ser feliz allí donde me encuentre y que mi vida y el servicio que hago tenga sentido y mi vida sea para los demás, sea un regalo.
Raquel Barrón, mel
@raquelbarron81