XXXIV DOMINGO DEL TIEMPO ORDINARIO
JESUCRISTO, REY DEL UNIVERSO
Evangelio: Jn 18,33b-37
¿Quién, siendo niño, no ha soñado alguna vez con ser el rey de su pequeño universo? Y ahora, en el momento en que te encuentras… ¿imaginas tu vida siendo rey o siendo reina?… ¿cómo sería?…
A nuestro alrededor podemos encontrarnos muchos “reyes” instalados en los castillos de la comodidad, del conformismo, de la rutina, del éxito, del poder y del tener… en un mundo donde todo se justifica y donde lo importante es mirar por uno mismo asegurándose un buen futuro; “reyes” que se revisten cada día con la armadura de la apariencia y salen de casa portando en sus manos las armas de la desconfianza, del egoísmo, de la envidia… ¿te sientes identificado?…
Pilato sí… ni siquiera se atreve a decir lo que piensa sobre Jesús… se conforma con decir lo que otros hablan: “¿dices eso por tu cuenta, o es que otros te lo han dicho de Mí?”. Es más fácil eludir la responsabilidad: “tu pueblo y los sumos sacerdotes te han entregado a mí; ¿qué has hecho?”.
La propuesta de Jesús es distinta. Su reino no es de este mundo. Ha nacido para ser Rey y para Él, reinar es dar testimonio de la Verdad, sin más armas que el Amor traducido en servicio, en perdón, en escucha, en acogida… en entrega de la propia vida.
Hoy, aquí y ahora se necesitan testigos de la Verdad, personas como tú, dispuestas a vivir con Jesús la aventura de la vida. Tal vez es el momento de pararte a pensar y descubrir los castillos que te mantienen encerrado, impidiéndote salir de ti mismo para llegar a los otros, de darte cuenta de las armaduras que no te dejan ser tú mismo…
Es el momento de abrir el corazón, de levantar la cabeza y fijar los ojos en los de Jesús… Cristo es Rey… y quiere reinar en tu vida… ¿qué le dices?
Yolanda Delgado, mss
@Yoly_ds