II DOMINGO DEL TIEMPO ORDINARIO

Evangelio: Jn 2, 1-11

Haced lo que Él les diga… ¿Realmente hago lo que ELLA me dice, obedezco a Jesús en lo que El me pide?

Este es un Evangelio que invita a reflexionar sobre la Obediencia, el fiarse de que Madre e Hijo están presentes, y que sucederá lo que menos esperamos. María nos muestra la confianza plena que tiene en su Hijo, quien renuente en un inicio a hacer lo que su Madre le pide en tono suplicante, en dar un servicio en una necesidad concreta, pero que Jesús OBEDECE, y María CONFÍA, sin embargo, reflexiono en la actitud de los sirvientes, ellos también obedecieron, no sabemos de qué manera, pero hacen lo que Jesús les dice que hagan, aunque primero se los dijo María, hagan lo que mi Hijo les diga, sin más, y ellos confiaron, ellos obedecieron una orden extraña, llenar de agua las tinajas, y me pregunto, ¿Jesús me pide eso? llenar mis tinajas de confianza, fe, paciencia, obediencia, servicio, y mi respuesta a tan extraña orden, quizá no lo hago, rehuyo, me quejo, lo olvido, me da pereza, pretexto para no obedecer.

Este Evangelio me Alerta a ser dócil, a tener confianza, a tener fe como la de los sirvientes, pues al fin yo soy la esclava de la Esclava del Señor. En un hecho aparentemente insignificante, sucedió el Milagro de la transformación del agua en vino, y que vino, el mejor. Si ellos en lugar de OBEDECER esa orden extraña hubieran 20. fano-boda-de-canc3a1ido con el Mayordomo, que hubiera pasado, Jesús no se hubiera manifestado, a María no se le hubiera tenido en cuenta, pues es Ella la que muestra al Hijo, la fiesta se hubiera dado por terminada quedando en vergüenza los novios, hubiera sido todo un desastre, pero no María no lo podía permitir e interviene como la Madre que es, para todos los hombres y mujeres sin hacer distinción de ninguna clase, ella es Madre de TODOS.

María es la que nos lleva a su Hijo, nos conduce a Él, como el cochecito fiel y seguro, solo nos pide que nos dejemos llevar, que en nuestra oración le pidamos a Ella que nos enseñe agradar a Jesús pues no fue María la que enseñó a su Hijo sus primeras oraciones al Padre?…

Carina Vargas, mss