III DOMINGO DE CUARESMA

Evangelio: Lucas 13, 1-9

En este día, Señor, hago stop y escucho tu pregunta: “Pensáis que esos galileos eran más pecadores que los demás galileos, porque acabaron así? Os digo que no; y si no os convertís, todos pereceréis lo mismo”.

Experimento el gran deseo de que transformes mi vida, Señor, sé que solamente Tú lo puedes hacer. Puedes contar conmigo, te dejo hacerme de nuevo, pero te pido que me conviertas a Ti.

Sólo Tú Señor Jesús lo puedes hacer. Cuento Contigo, pues sé que para ti nada hay imposible. Conviérteme a Ti Señor y hazme una creatura nueva.

Necesito de Ti como del aire para respirar, necesito decir a todos que eres lo más importante, Te necesito a Ti. Sin Ti mi vida no tiene sentido, por eso deseo tanto dejarme convertir por Ti, parecerme a Ti, ser transparencia Tuya, y, de alguna manera testimoniar que soy a Tu imagen y semejanza.

En cada momento, Señor, te pido como María Emilia “Luz, acierto y humildad”, para que en todo lo que viva pueda vivirlo con autenticidad.

Gracias, Señor, cuento Contigo, sé que Tú puedes convertir mi vida a Ti.

¿Y, tú, quieres dejarte convertir al Amor y por el Amor?
¡Decídete y ponte en Sus manos!
¡No temas que el “amor quita el miedo”!, como decía María Emilia Riquelme

Isabel María Venade, mss
@IsabelMariamss26. mariposa