XXI DOMINGO DEL TIEMPO ORDINARIO
Evangelio: Lc 13, 22-30
Tu llamada Señor es universal. Sueñas con que todos estemos un día al fin contigo… por eso te has querido quedar en la Eucaristía y nos prometiste que siempre estarías con nosotros, hasta el final de los tiempos.
Y somos muy afortunados de saber que formamos parte de tu Iglesia, de tu sueño, de tu familia, pero la invitación que me sugieres hoy es a caer en cuenta que no puedo acomodarme, debo seguir caminando por la “puerta estrecha” del amor, de la entrega, de la humildad, de la sencillez… Quiero seguir soñando contigo e ir dejando pedazos de corazón por donde voy pasando, a donde Tú me envías, a donde Tú me sueñas.
¿Serán pocos los que se salven? No lo sé… pero sí sé que mi vocación es don y es tarea y quiero estar alerta, como María Emilia nos invitaba, para no vivir este sueño a solas, sino que viviendo y dando lo que soy en lo que hago, otros puedan encontrarse con tu Amor.
Tu llamada, como decía al inicio, es universal, por eso, abrámonos a buscar nuevas formas de darte a conocer. Somos tus instrumentos, felices de estar contigo y felices de que otros “algunos últimos” también TE RECONOZCAN al partir el pan.
Y tú… ¿sueñas? ¿estás cómodo en el sofá viendo pasar la vida? Busca esos últimos de hoy en día y camina con ellos, reconoce ahí la presencia de Dios y Él, un día, también nos reconocerá.
Davinia Martínez, mss
@Davinia_mss