ENCUENTRO DE PASTORAL VOCACIONAL 17-18 de septiembre

Se ha tenido el Encuentro de Pastoral Vocacional los días 17-18 de septiembre en el que reflexionábamos y compartíamos nuestra Pastoral, nuestros objetivos y sueños y la responsabilidad de sembrar la semilla de la vocación en todas las tierras.
En nuestra identidad de animadores vocacionales, reflexionábamos con un texto de Amedeo Cencini: Podemos ser animadores vocacionales de diferentes tipos: El animador vocacional que tiene muchas bocas sin orejas.
El animador vocacional con boca pero sólo con una oreja.
El animador vocacional que tiene una boca y dos orejas. …o incluso el que solo tiene dos orejas….para saber ESCUCHAR a Dios y a los jóvenes.
La pedagogía vocacional gira alrededor de cinco verbos vocacionales: sembrar, acompañar, educar, formar y discernir.
En la dinámica del encuentro hemos construido un árbol: se pone el tronco que es Cristo y la tierra. Comienza la siembra en silencio y oración. Somos parte de esta siembra como pastoralistas, El nos ha sembrado en su tierra.
La semilla se rompe, el árbol va adquiriendo su esplendor, las hojas, las flores, los frutos. Como familia missami todos contribuimos a su crecimiento
En el ÁRBOL, el tronco es CRISTO
Todos sembramos y regamos, pero Dios se encarga de su crecimiento.
La vocación es llamada a la autotrascendencia porque el Otro es quien llama y sólo Él puede decirme la verdad sobre mi propia vida.
No olvidemos que la Siembra es en todas partes sin descartar ningún terreno y nunca te creas dueño de la semilla. Nunca olvides la semilla sembrada pues la Gracia pide tu colaboración.
Todos somos animadores vocacionales. Es formarse en la llamada dirigida a cada uno, para que viva con responsabilidad su propio ser salvado por la cruz de Cristo.
El PapaFrancisco nos dice: La buena semilla de la palabra de Dios a menudo es robada por el maligno, bloqueada por las tribulaciones, ahogada por las tribulaciones. Todas estas dificultadas podrían desalentarnos, replegándonos por sendas aparentemente más cómodas. PERO tenemos que sembrar en esa buena tierra!!!
Hemos terminado el encuentro, disponiendo nuestro corazón a ser terreno bueno, para escuchar, acoger y vivir la palabra, dar así fruto. Cuanto más unidos a Jesús con la oración, la Sagrada Escritura, la Eucaristía, los Sacramentos vividos en comunión con la Iglesia, con la fraternidad hecha vida, tanto más crecerá en nosotros la alegría de colaborar con Dios al servicio del Reino de Misericordia y de verdad, de justicia y de paz. Y la cosecha será abundante, en la medida de la gracia que sabremos acoger con cordialidad en nosotros.
María Emilia Riquelme, N.M.F. nos dice: “Dios, nuestro Señor, me dio la vocación de que vengan muchas gentes a arrodillarse a sus pies. Felicidad verdadera sólo la encontrarás a los pies de Jesús Sacramentado”.
Comenzó el reto…”HACED LO QUE ÉL OS DIGA…” SEMBRAR Y SEMBRAR…
MISSAMI

Documento de trabajo