V DOMINGO DEL TIEMPO ORDINARIO

Evangelio: Mt 5, 13-16

El evangelio, me invita a llevar la alegría, la paz, la paciencia, ahí en donde no la hay, a poner esa chispa de buen humor aun cuando las cosas no nos salen bien, yo como cristiana y religiosa, debo llevar la alegría del evangelio que tanto nos dice el Papa Francisco, pues si no lo hacemos nosotros los cristianos, qué testimonio daremos al mundo, con nuestras caras largas, ser saltristes, amargadas, depresivas, con nuestra frialdad en anunciar el mensaje de esperanza, de misericordia, ante lo que sucede a nuestro alrededor. Como cristianos se nos tiene que notar que hemos conocido El Amor, que nos hemos dejado seducir por Él, que hemos dejado que el penetre en nuestro corazón, en nuestra mente, en nuestro ser, y llevarlo con gozo al herman@ que está necesitad@. No solo llenando estómagos, sino tocando corazones, tocando mentes racionales, que se dejen llenar, sanar, iluminar por Dios, no solo con palabras, sino con nuestras obras, con nuestro testimonio de vida.

No dejemos que el desaliento, la pereza, la tristeza, la ira, el sufrimiento, el dolor, haga de nosotros sal insípida y luz deficiente. Que nuestra sal sea de calidad, para sazonar, y nuestra lámpara este llena, para que ilumine, nuestros pasos y la de nuestros herman@s, que nos guíen hacia Jesús.

Edna Carina Vargas Vázquez, mss