DOMINGO DE RAMOS
Evangelio: Mt 21, 1-11
“Sube bajando y llegarás al monte de la perfección” MER…
¿Eres tú el Rey de los judíos?…¡Tú lo has dicho…! ¡Salve Rey de los judíos! … ¡luego le escupían! ¡Es el Rey de Israel, que baje de la cruz y le creeremos!
Mi reino no es de este mundo…
Estremecida ante tu Pasión hoy te acompaño aclamándote; salve, hosanna, eres para mí un Dios de VIDA!! Y deseo que seas reconocido por muchos, aclamado, bendecido…
Y me acerco ante ti, humillado, burlado, despojado, herido y abatido, triturado…y me cuesta reconocer tu realeza, no, no quiero, ni entiendo con la razón esta forma tuya de reinar.
Te has hecho uno de tantos, te has dejado burlar, atacar, prender y matar por amor, por amor a mí, a cada uno de los hombres y mujeres. Has callado, no te has defendido, te has caído con el peso del pecado del mundo, derribado, te has dejado “triturar” como el grano de trigo, y lo has hecho AMANDO, PERDONANDO. Ésta es tu manera de ser REY, este es tu reinado de amor desde la debilidad, los débiles son ensalzados, aquí ésta la potencia de un amor encarnado, que nos salva y nos redime, nos hace nuevos en Ti.
Quiero callar y contemplar, aprender de ti, subir bajando, descendiendo, saber acoger y predicar callando como tú lo haces.
“Hermoso Rostro que predica muy alto el amor, yo te prefiero a todo lo deleitable del cielo y de la tierra, yo quiero por tu amor asemejarme a Ti…” Asemejarme a ti, mirarte y aprender, saber despojarme de mis ideas, de mi egoísmo, de mi salud, de mi potencialidad, de mi sueños, de mi misma; saber acoger los salivazos, las heridas por amor, saber morir en lo poco que tu me regalas como oportunidad cada día, morir contigo, amar contigo perdonar contigo.
Enséñanos a ser humildes, a bajar y a dar la vida cada día, a saber subir el camino del Calvario y dejarnos ayudar como tu por el Cirineo, y a estar dispuestas a dar la vida en cada oportunidad, sabiendo que no estamos solas, estamos contigo.
Con Nuestra Madre Fundadora queremos aprender a subir bajando, nunca nos pondremos en el lugar que nos corresponde.
Marian Macías, mss