II DOMINGO DE PASCUA

Evangelio: Jn 20, 19-31

¡Hoy hablas de manera nueva, Tu Palabra que es siempre nueva, una vez más lanza la invitación a todo el que quiera: déjate sorprender!

Apareces, en medio de Tus discípulos, quieres quitarles el miedo, el sinsentido, apareces sin que te hayan invitado, aun cuando las puertas estaban cerradas. Pero, seguro que has encontrado alguna brecha en sus corazones que deseaban verte, tocarte…

Es verdad, no estaba allí Tomás, y no quería, quizás no podía, creerlo… Tenía necesidad de tocarte, tal como cada un@ de nosotr@s, que no pocas veces necesitamos ver con las manos, no nos llegan los ojos, y mucho menos los ojos del corazón…

Necesitamos verTe, Jesús, cerca, Presente en nuestras vidas para poder exclamar: “Mi Señor y mi Dios”… Y, creer, adorar, permanecer Contigo, ya sin miedo, pues Tu Presencia, Tu Amor quita el miedo de todo y a todo…

Ya lo decía mi querida Fundadora, la venerable María Emilia Riquelme: “El amor de Jesús quita el miedo”.

Hazte Presente, Jesús en nuestras vidas y quita todo el miedo que pueda estar por ahí haciendo sombra a Tu Presencia… Hazte ver, Jesús, y deja que Te podamos tocar y exclamar: “Mi Señor y mi Dios”…

¿Será que tú tienes miedo?
¿Puedes darle nombre?
¿Quieres experimentar a pedirle a Jesús que te quite el miedo?

¡Pruébalo! Sé, por experiencia que vale la pena.

Isabel María Venade, mss
@IsabelMariamss