III DOMINGO DE PASCUA

Evangelio: Lucas 24, 13-35

El regreso de estos dos discípulos a sus casas era de tristeza, de pena, derrota, fracaso, desilusión, desesperanza. Y eso lo sabía muy bien Jesús, por eso se hace un viajero más con ellos, camina con ellos, les escucha y se presenta inocente, pero cargado de la verdad empieza lleno de amor a instruirles, a contarles la verdad que quizás ellos, no habían descubierto y lo hace de una manera única y con el gesto que lo delata “la fracción del pan” se descubre ante ellos.

Ellos lo reconocen y llenos de alegría salen a compartir esa alegría con sus hermanos.
Me pregunto, ¿cómo hago para comunicar a mis hermanos esa alegría de mi encuentro con Jesús? ¿qué medios, gestos, palabras utilizo? ¿alivio la tristeza de mis hermanos?

Nuestra Madre Fundadora nos dice, “¿Tienes a Jesús? No pidas más… todo lo posees.”

Rosalba López López, mss