XII DOMINGO DEL TIEMPO ORDINARIO

Evangelio: Mt 10,26-33

La invitación de la Palabra de Jesús en este domingo es a no tener miedo, nuestra vida cristiana marcada por su fuerza, no nos permite el desánimo ante los problemas y angustias de la vida, la desesperanza y el pesimismo se anteponen al proyecto del Reino de Dios, “nada hay oculto que no llegue a saberse” Es la confianza y la seguridad de que tenemos a Dios con nosotros y que actúa siempre por el bien de los que han puesto su confianza y esperanza en él.

Esta Palabra, nos lanza más allá de nuestras fronteras, a no tener miedo, a ser testigos del Evangelio, a hablar en nombre de Dios con entusiasmo y alegría, a remar mar adentro y a enfrentar nuestros temores como el Apóstol Pedro que caminó sobre las aguas.

No tener miedo a nuestros sueños, a nuestros proyectos y menos a hacer el ridículo si se trata de proclamar y vivir en la verdad porque eso nos hace auténticos.

No tener miedo a enfrentar el mal, las calumnias las críticas porque eso mismo hicieron con los profetas.

No tener miedo a enfrentar gigantes como David enfrentó a Goliat, porque la fuerza proviene de Dios.

No tener miedo a la muerte porque Cristo la venció y no hay muerte ni desaprobación para quien en Él confía

Dios es providente, por lo tanto no debemos tener miedo al futuro porque el presente es Cristo y si estamos con Él, ¿Qué podemos temer?

Liliam María Taborda, mss