BAUTISMO DEL SEÑOR

Evangelio: Mc 1, 7-11

Ayer, día la Epifanía, veíamos al Jesús niño manifestándose al mundo desde el pesebre de Belén. Hoy vemos a Jesús adulto revelar su divinidad desde el anonimato de la fila de pecadores que acuden a bautizarse en el Jordán. La humildad del pesebre era trono ante reyes; la humildad del que se hace uno de tantos es la antesala de la Teofanía que pide al mundo escuchar al Hijo.

María Emilia entendió bien este camino hacia el Señor. Él mismo se lo mostró y ella nos lo traslada como parte fundamental del carisma de la Congregación: “sube bajando…”, “si eres chica te querré…”, “Dios quiere que conozcamos nuestra pequeñez y acudamos a El”… En la Casa Madre lo tenemos recogido en la Capilla, en la puerta del Sagrario, donde nos espera Jesús para ser adorado, se representa precisamente este pasaje del Bautismo del Señor. Todo un Dios, hecho Pan, esperando nuestra atención.

Señor, ayúdanos a descubrirte en la sencillez, en lo pequeño. Que te busquemos dejando nuestro yo. Que la semilla de la Fe que nos regalas a cada uno en el Bautismo crezca regada por la humildad, y nos acerque cada día más a Ti. Envíanos tu Espíritu Santo y que, con María Emilia, podemos adorar diciendo: “Que linda es la humildad pensando en el humildísimo Jesús hecho Pan”.

David Ortiz, mel Granada