IV DOMINGO DEL TIEMPO ORDINARIO

Evangelio: Mc 1, 21-28

Sólo Tú Señor me y nos libertas, Sólo Tú nos curas…
Sólo Tú enseñas…

Todo lo que divide, separa y aleja de Dios no es de Dios. Tu Amor nos empuja y ayuda a vivir tan unidos a Ti que nada, ni nadie nos puede separar de Ti…

Jesús, ayer como hoy, sigue acogiendo todos cuantos de Él se acercan, tal como cuando me ha llamado hace unos cuantos años… Ayer como hoy, paso a paso, el gran deseo que Tú, Señor, pones en mi corazón es seguirTe cada día como una nueva oportunidad de Tu Amor, como el mejor regalo de Tu Presencia, de Tu Amor incondicional.

Amar es no pensar más que en amar a tu Dios, y el amor te irá enseñando lo que debes practicar” como nos sigue diciendo la venerable María Emilia Riquelme, nuestra muy querida Fundadora.

Sólo el Amor hace libres y liberta de todo lo que no es Dios. ¡Gracias Señor por Tu Presencia amorosa, paciente y llena de misericordia! ¡Enséñame, enséñanos a vivir con entrañas de misericordia!

Isabel María Venade, mss

@IsabelMariamss