I DOMINGO DE CUARESMA

Evangelio: Mc 1, 12-15

Jesús necesitó quedarse en el desierto, fue su momento de paz, de reflexión, de intimidad con Dios. Esta actitud me hace reflexionar sobre mí misma, ¿necesito ese momento, de parar, de descubrir mi necesidad interior, mi necesidad… de Dios?

Muchas veces, el mundo en el que vivimos nos hace sentirnos solos, aunque estemos con mucha gente alrededor; vacíos, aunque podemos tener todo lo que queramos; insatisfechos, infelices…

Sólo el que apoya su vivir en Dios, descansa en Él y le escucha desde el silencio de su corazón será capaz de desterrar el mal que este mundo ofrece casi sin darnos cuenta.

Señor, crea en nosotros la necesidad del desierto, para abandonar todo lo banal y encontrarnos contigo.

María Guerrero, mel Granada