II DOMINGO DE CUARESMA

Evangelio: Mc 9, 2-10

Jesús desea seguir enseñando a sus discípulos cual es el camino que deben seguir, cuestiona nuevamente la idea del Mesías que tienen. Al final del capítulo 8 Jesús es claro y les dice que tiene que sufrir y ser rechazado, pero no es sufrimiento vano. La transfiguración es un momento en que los discípulos son llamados por Jesús con sus nombres: Pedro, Santiago y Juan quienes experimentan quien es Jesús y lo reafirman Elías, Moisés y el mismo Padre “Es el Hijo amado del Padre” al que deberán escuchar y seguir.

Hay tentaciones y modos falsos de entender el seguimiento a Jesús, uno de ellos es pensar que todo fuera color de rosas o tendrá que ser así porque estamos con Dios, como Pedro también lo expresó “ Aquí se está bien hagamos tres tiendas…” pero el mensaje que Jesús quiere transmitir: el amor del Padre a todos/as, se transmite en la realidad, en lo cotidiano, en lo que cuesta, en las relaciones, en el morir a uno mismo ( orgullo, envidias, ego…).Llegando a ser instrumentos de amor, de compasión, de comprensión, de solidaridad, también de ternura, de esperanza, de alegría, etc. Siendo con Jesús fracción del pan eucarístico que se da a todos/as.

Margarita Tola, mss