XI DOMINGO DEL TIEMPO ORDINARIO

Evangelio: Mc 4, 26-34

En estas dos parábolas, Jesús, nos da a conocer el reino de Dios con un elemento tan sencillo como es una semilla, que una vez plantada, aún siendo la más pequeña de todas, sin saber cómo germina y acaba dando su fruto.

Personalmente me siento como una semilla plantada en la Iglesia, por la Gracia de Dios, y espero dejar pequeños frutos con la ayuda del Espíritu Santo; y como nos enseña el Santo Padre, poniendo mis dones al servicio del prójimo, también, soy sembradora del Evangelio.

María Emilia durante toda su vida nos dio un claro ejemplo de humildad, sencillez, amor a Dios, a Jesús, a María y a los hermanos, siendo, ella misma, semillero y germen de nuestro carisma, como bien nos resume madre Inmaculada:
“Sembrar y Sembrar…. Y en cada semilla sepultar un pedazo del alma…Sembrar y sembrar y luego con calma saber esperar…”

Luisa Higueruelo Martínez, mel