XXII DOMINGO DEL TIEMPO ORDINARIO

Evangelio: Mc 7, 1-8.14-15.21-23

Jesús, este texto me parece una fuerte llamada a vivir en la Verdad, a no aparentar, sino a ser desde el corazón. Nos enseñas a obrar el bien, no solo a hablar de él. A no hacer de la vida una rutina de leyes aprendidas, sino a vivir desde la voluntad de Dios, que queda traducida para siempre  en lo que dijiste y en lo que hiciste, Jesús.

Insistes en que tanto ritual externo  y tanto precepto, no era lo esencial para vivir desde Dios. Lo que importa es  cómo son nuestras obras para con Él, para con los demás y para con nosotros mismos. Eres muy claro , cuando nos dices que lo que nos hace impuros son las iras, los egoísmos, las críticas, las injusticias, el rencor, la falta de amor… Esto es, lo que nos corroe por dentro. Esto es lo que nos aleja de Dios.

Gracias, por  darnos ideas  para vivir en la verdad. Que no nos aferremos al mero cumplimiento, sino que nos mueva un corazón misericordioso, compasivo, justo. Perdona nuestras impurezas. Ayúdanos a intentar vivir desde lo que Dios quiere, dejándonos guiar siempre por Tu Palabra, que nos habla cada día.

Este pensamiento de Mª Emilia (250), está en línea con el texto: “Dios te  manda que vayas a predicar, no con sermones, no ,sí con humildad, con silencio, con abnegación completa de tu voluntad”. Gracias por todo y por siempre , Señor.

Encarnita Andrés, mel