II Domingo del tiempo ordinario
Juan 2:1-11
Este relato del evangelio nos narra uno de los acontecimientos más importantes en el inicio de la vida pública de Jesús, como hecho de gran significado vemos la presencia de María, quien intercede ante su Hijo para la realización de un milagro, María se percata que el vino se había acabado y se lo dice a Jesús quien acata la solicitud de su Madre.
Vemos a la Virgen María como una gran intercesora ante su Hijo, María que siempre estaba pendiente de las necesidades de los demás, nos invita hoy a preguntarnos cuan atentos estamos a las necesidades de los que nos rodean y nos pone de manifiesto que ella es el camino seguro para llegar a su Hijo.
«Hagan todo lo que él les diga»…, que gran exhortación hace la Virgen, estas palabras deben ser la esencia de nuestra vida cristiana, las cuales deben cobrar fuerza cada día, debemos estar atentos a lo que el Señor nos dice y nos pide. Preguntémonos, ¿Hago todo lo que Él me pide?
“Servir al Señor significa escuchar y poner en práctica su Palabra. Es la recomendación simple pero esencial de la Madre de Jesús y es el programa de vida del cristiano. Para cada uno de nosotros, sacar de las tinajas equivale a confiar en la Palabra de Dios para experimentar su eficacia en la vida”
Pidamos al Señor que le escuchemos en nuestro día a día, que allí en la misión que no ha encomendado hagamos lo que Él nos pide.
Confiemos en La Virgen María como intercesora ante su Hijo, pidamos una mirada atenta ante las necesidades de los demás y ante lo que su Hijo nos pide que hagamos.
Constanza Grupo MEL en formación -Madrid