Evangelio 17 de Febrero, VI Domingo del T. O. Lucas 6:17,20-26.

* … Los pobres de espíritu:

¿Cuál es mi riqueza y alegría?
¿Me vivo como pobre de espíritu, sabiéndome necesitado del amor de Dios y de mis hermanos; o soy autosuficiente y estoy lleno de mí mismo?

Los pobres de espíritu son los que están completamente pendientes de Dios y de su amor, los que mantienen el corazón en Él porque saben que todo lo reciben de Él…

Despójanos, Señor, de todo aquello que nos impide vivirnos como totalmente tuyos…

* … Los que tienen hambre:

¿De qué tengo yo hambre y dónde busco saciarme?
¿Es Dios mi deseo más profundo o tengo puesto el corazón fuera de Él?

Como Jesús, ser Pan partido para todos y dar a Jesús para saciar el hambre más honda de las personas que Dios ha puesto en nuestro camino.

*… Los que lloran:

¿Cuál es la causa de mi llanto: el Señor y su Reino o mis intereses personales?

Llorar con los que lloran y reír con los que ríen… eso es lo que hacía Jesús y a lo que nos llama: a asumir nuestro dolor para ser capaces de dejarnos tocar e implicar en el sufrimiento de nuestros hermanos.

*… Cuando los hombres os odien:

¿Por quién hago yo las cosas, cuál es mi verdadera intención?
¿Es Dios el centro en mis relaciones y deseo de corazón que mis hermanos se encuentren con Él o son mis relaciones egocéntricas y estériles, basadas en la apariencia y no en la autenticidad?

“La cruz, sobre todo los cansancios y los dolores que soportamos por vivir el mandamiento del amor y el camino de la justicia, es fuente de maduración y de santificación” (Gaudete et exsultate, 92).

Enséñanos, Señor, a disponernos
a tu gracia para poder vivir Contigo
estas Bienaventuranzas y ser así Evangelio vivo,
alimento para nuestros hermanos y estímulo
para que todos deseen ser y vivir como Tú.

Blanca de Miguel Goytisolo, Prenovicia MSS