Lo que hemos visto y oído, os lo anunciamos,

para que también vosotros

estéis en comunión con nosotros.       

 (1Jn 1,3)

Quiero empezar dando gracias por la oportunidad que se nos brinda de poder compartir la llamada que el Señor nos ha hecho a ser presencia suya en este rinconcito del mundo.

A veces, al menos aquí en España, cuando se habla de misiones, se sueña con países que están más allá de los mares que bordean nuestras costas, con poblados perdidos en la selva donde las situaciones de vida son precarias y la propuesta del Evangelio, con relativa frecuencia, suele ser bastante bien acogida… En estas líneas quiero compartiros nuestro ser misioneras en la realidad que apenas estamos comenzando a conocer donde el Señor nos ha soñado a Teresa Delgado, Mª Amor Goldáraz y a mí, Yoly Delgado. Las tres hemos sido destinadas para ser presencia del Amor de Dios en la Unitat Pastoral de la Mare de Déu, una agrupación de ocho parroquias y dos santuarios situados en el centro de la isla de Mallorca, en los términos municipales de Inca (31.000 habitantes), Lloseta (6.000), Selva (2100), Mancor de la Vall (1500), Caimari (600), Biniamar (300).

Llegamos a Lloseta, donde vivimos en la Casa Rectoral, el día 7 de septiembre de este año 2021. El 8, día de la Natividad de la Virgen, fiesta patronal en esta parroquia, celebramos una preciosa Eucaristía presidida por el Obispo de la Diócesis, Don Sebastián Taltavull y varios sacerdotes y diáconos, dando gracias al Señor por nuestra presencia deseada, pedida y esperada desde hacía ya varios años por los sacerdotes que atienden la Unitat Pastoral y la gente del pueblo.

Me gusta decir que llegar a Lloseta y, en general a toda la Unitat Pastoral, ha sido como caer en un “colchón de cariño” por parte de la gente. Se nota y mucho la labor de los sacerdotes, que llevan tiempo preparando el corazón de la gente para nuestra acogida. Damos gracias a Dios por ello.

Nuestra misión es muy diversa. En general Mallorca es una isla bastante descristianizada. Cada vez son menos los niños que optan por catequesis de Primera Comunión. Baste como ejemplo decir que este año, en toda la Unitat Pastoral, apenas tenemos un centenar de niños que empiezan su primer año de catequesis. Urge el despertar la fe dormida en el corazón de las generaciones que hoy tienen la responsabilidad de ser padres de familia, en muchas ocasiones bastante desestructuradas y con otras muchas alternativas que dejan a Jesucristo muy por debajo del último lugar en sus vidas. Evidentemente, si ellos no viven la fe, poco les llega a los jóvenes y a los adolescentes, sin embargo, no podemos dejar de hacerles la propuesta… no importa el número, las actividades no van en función del número de participantes, sino de las personas y toda persona cuenta para Cristo.

Nuestras hermanas Teresa Delgado y Mª Amor Goldáraz realizan una misión preciosa con los más necesitados de esta zona. Cáritas tiene abiertos varios locales, donde se atiende las necesidades de todas ellas. Varias veces en semana, tanto en Inca como en Lloseta, las dos pasan tiempo repartiendo alimentos, escuchando la realidad que vive quien se acerca a recoger lo que necesita y dándoles el mayor tesoro que ellas tienen, a Jesús mismo. Su alegría, disponibilidad, su cercanía en el trato, su ser madres acogiendo con ternura y sin prejuicios a todos por igua,l es algo que marca la diferencia y ayuda a que quien se acerca, independientemente de su condición social, situación personal, religión… se sienta más querido y más persona.

Otro campo en el que nos hacemos presente es el de la catequesis, tanto directamente con los niños en las distintas sesiones y momentos para enseñar a orar, como en la formación y animación de catequistas, así como en toda la tarea de coordinación de la Unitat Pastoral. Se nos ha pedido ayuda especialmente con las catequistas. Motivar, enseñar en el hacer catequético sin que nadie se sienta desplazado, formar, actualizar, esponjar el corazón con la oración, en definitiva, ponerles cara a cara ante Jesús para que ellos después puedan llevar a Jesús a los niños.

En mi caso, además de esa coordinación y formación, mi tarea está más orientada al acompañamiento espiritual, al trabajo con niños, adolescentes, jóvenes, adultos… que están en otros grupos cristianos (Splai, grupos juveniles, grupos bíblicos…), impartir retiros, Ejercicios Espirituales…

Unido a todo esto está además, por parte de la comunidad, junto a los sacerdotes, la atención a enfermos y personas mayores de la parroquia de Lloseta. Visitarles, escucharles, hablar con ellos, compartir la fe que ellos sí tienen tan arraigada. Son personas que, como nos recuerda el salmo 39, esperan con ansia al Señor, desean poder comulgar… y ahí estamos nosotras, para hacer posible esa realidad, llevarles a Jesús Eucaristía.

Desde hace unas semanas, hemos empezado a tener adoración con la gente de la parroquia. Cada semana la preparamos alternando alguna reflexión que ayude a entender el evangelio que oramos y concretarlo a nuestra vida, cantamos y vamos introduciendo algún pensamiento de Nuestra Madre Fundadora que tengan que ver con el tema que se trate.

El campo es amplio, la demanda grande, el hambre de la gente mucha, aunque a veces no lo sepan y haya que despertarla. Aquí estamos, Señor, pequeñas, limitadas pero confiadas y totalmente entregadas a tu voluntad, a tu proyecto. Lloseta y toda la Unitat Pastoral es tu sueño y, ahora, también el nuestro… y en medio de este terreno, a veces desértico y fatigoso… nuestra comunidad, Betania, que quiere ser eso, lo que su nombre indica, casa abierta, lugar de descanso, donde todos tengan cabida, donde el que venga se sienta en casa y tenga oportunidad en encontrarse contigo.

Gracias Señor por atreverte a soñar, por compartir tu sueño, por contar con nosotras para hacerlo realidad.

Yoly Delgado

Misionera del Santísimo Sacramento y Maria Inmaculada

Comunidad de Lloseta

Octubre 2021