Nuestras hermanas formandas más jóvenes de Bolivia, que viven en la casa de formación de Cochabamba, después de haber leído, orado, reflexionado y compartido la Carta anual de comunión «Enviadas» que nuestra Madre General nos envía este año, nos comparten sus impresiones y llamadas. ¡Muchas gracias por compartir vida porque engendra más vida!

  • Paola Languidey (aspirante):

Me invita a guiarme con los pasos de Jesús, a tenerlo como centro de mi vida en la Eucaristía que es la más grande demostración de amor de Dios por nosotros, a aumentar cada día mi fe, a transmitir la buena noticia a mis hermanos, a no juzgar sino a amar, a ser humilde, sencilla y a demostrar la alegría en todo momento, a mirar con ojos de Dios las necesidades de mi alrededor, a descubrir a Dios en la sociedad y a ser dócil a la voluntad de Dios como fue la Virgen María.

Gracias a María, nunca estamos solos pues Ella hace camino con nosotras, lucha con nosotras, y como misionera, derrama incesantemente la cercanía del amor de Dios.

Paola

  • Margarita Guarimo (aspirante):

La carta comunión “Enviadas” de este año, está llena de palabras sencillas pero profundas, las cuales me están ayudando en mi formación: como el ser consciente de la realidad que me rodea, confiar cada día más en Dios que me fortalece y que está por encima de todos mis miedos, impulsando a seguir hacia delante. Tener los ojos abiertos para poder ver la realidad y poder tender la mano, ojos cerrados para dejar que Dios actúe en mi vida y para dejarme mirar por Él. Siento la invitación de estar más atenta, reconocer mis vendas pero sobre todo dejármelas quitar, buscar esta ayuda porque sola no puedo.

Margarita

  • Sandirela Flores (prenovicia):

Crecer como Misionera al estilo de “Jesús el Primer Misionero” que me impulsa a salir de mis comodidades para ir al encuentro del hermano, la hermana en los lugares existenciales de la vida, siendo Pan que se parte y se reparte sin excluir a nadie, de la mano de la Virgen María, mujer orante y trabajadora. Madre de la Evangelización.

Sandirela

  • Esmeralda Alba (prenovicia):

En la carta comunión me llama la atención esto:
¨Necesitamos experimentar su mirada de amor cada día, para poder mirar como él ve¨ En mi vida necesito experimentar esta mirada de amor, de ternura y de misericordia para a partir de ahí a ver a los demás como Dios los ve, siento que Dios mira sin juzgar y sin etiquetar, él mira de una manera diferente a la mía.
¡Quitadles las vendas!

La venda del miedo: esta venda que muchas veces me impide ir al encuentro de los demás es la que no me deja evangelizar con libertad por miedo de quedar mal ante los demás o por lo que dirán de mí, me siento invitada a no quedarme atrapada en esta venda.

La venda gris del relativismo: digo esta otra, porque muchas veces para mi es quedarme en lo conocido y no lanzarme a lo desconocido. Me siento invitada a lanzarme a conocer lo desconocido, a ir al encuentro de los demás.

Pido la gracia de poder escuchar la voz de Jesús en medio de tanto dolor que hay a mi alrededor, poder estar atenta a la voz que dice ¡Lázaro sal fuera!, poder escuchar esta voz que es vida, amor, que es esperanza en medio de la realidad de este mundo.

Esmeralda