XIV DOMINGO DEL TIEMPO ORDINARIO
Evangelio: Lc 10, 1-9
“La mies es mucha y los obreros pocos… Pedid operarios para la mies. Id, os envío como corderos en medio de lobos…”
Hoy, Señor, una vez más también nos invitas a seguir siendo Tus discípulos. Nos envías al mundo, a tu mundo y a nuestro mundo, y nos pides que ayudemos a que Te descubran presente y puedan vislumbrar el kairós que atraviesa nuestra historia.
Discípulos a todos los lugares a dónde Tú irías después. Hoy nos envías hasta los confines de la tierra, con la seguridad de que siempre vas delante.
“La mies es mucha…” Es verdad. Hoy la mies sigue siendo grande, y, tantas veces miramos el número de Tus discípulos y nos quejamos… ¡Oh Señor, Tú nos das tantos dones, aunque seamos menos en número, ayúdanos a aprender a vivir en comunión y en red, a compartir lo que somos y tenemos, y seguro que todo se multiplica!…
¿Qué temer? Tú estás y vas con nosotros Tus discípulos, aunque encontremos lobos, nos haces valientes desde el Amor. Danos Tu Fortaleza y Tu Amor para llevarte hasta los últimos rincones de la tierra. Pero, especialmente danos la audacia para sembrar el don de Tu Vida, Tu Palabra, de Tu Evangelio, en la misión que nos regalas.
Danos la gracia de aprender Contigo a necesitar solamente de Ti y a pasar por las cosas y a usarlas de modo desprendido a favor de la misión.
Enséñanos, Jesús, a llevarte a muchos corazones, como decía nuestra Fundadora, la venerable María Emilia Riquelme:
“Dios me dio la vocación de que vengan muchas gentes a arrodillarse a los pies de Jesús Sacramentado…”.
Haznos, Jesús, vivir la experiencia de que Tu Amor quita el miedo.
Hoy invitad@s a pedir, alcemos nuestra voz y canto: “Envía operarios a Tu mies, envía operarios a Tu mies, envía operarios a Tu mies”
Isabel María Venade, mss
@IsabelMariamss