Durante los días 15, 15 y 17 hemos estado compartiendo 12 hermanas, en el encuentro de Centinela, que hemos tenido en Los Molinos (Madrid). ¡Es nuestro tercer encuentro! Como siempre… ¡un tiempo de gracia y de renovación interior!
Para asistir al encuentro tuvimos unos requisitos:
• Querer realizarlo y tomar una opción personal
• Estar dispuesta a dar todo y recibir de las hermanas
• Tener deseos de renovación interior
• No tener más de 65 años
El lema que nos acompañó: Despierta la mujer eucarística que hay en ti
Así intentamos rescatar la experiencia de María a nivel personal y a nivel congregacional, integrando tres itinerarios, el de María, el de María Emilia y el personal. Hicimos el siguiente recorrido por los momentos de la vida de María.
Llamada de María: Meditando el texto de Lc, 1: 26-38, resuena en nosotros el hágase de la Virgen, su disponibilidad y confianza en Dios. María Emilia, nos deja saborear en una de sus cartas de agosto de 1920, la intención y deseo de fundar la casa en Granada en el año de 1892, para demostrar su amor y gratitud hacía al Stma Virgen en el misterio de su Concepción Inmaculada ¡Madre Mía Inmaculada! Recibe y conserva esta casa y templo para que después de mi muerte resuenen en ellos tus alabanzas. Es lo que contiene escrito la primera piedra de la casa de Granada, la primera del instituto. Nosotras también hemos sido llamadas a una vocación concreta, lo que pudimos expresar a través de una línea que describe cada uno de los momentos de la llamada, para luego compartir desde el silencio, respeto y escucha con otra hermana, fue un momento de comunión y de encuentro.
Visitación: Magníficat, amén aleluya, el cántico de María nos invita a proclamar las maravillas que dios hace, María Emilia expresa su magníficat, a través del amén aleluya, nosotras bebiendo de la fuente del agradecimiento, expresamos el amén aleluya de nuestra vida, compartiendo para todas esta experiencia de Dios y la manera como lo agradecemos.
Nacimiento: Humildad, no ser para ser, ser nada, kénosis de Cristo, María mujer eucarística. Nuestra vida espiritual, María Emilia nos pone a tono para simbolizar a través de un dibujo la experiencia espiritual lo que hago, lo que vivo, lo que tiene que ver con mi vida espiritual, comunitaria y con la misión y sobre todo como me siento en ser de consagrada.
Pérdida de Jesús: Momentos de dudas, las preguntas, incertidumbre y angustia de maría, María Emilia afronta las dificultades con valentía, nos hicimos tres preguntas:
• Cuáles son mis dificultades personales, dentro de la congregación, comunidad concreta.
• En qué situaciones, momentos me siento perdida
• Cómo me vivo a nivel personal?
Preguntas bastante profundas que compartimos en pareja con mucho respeto y capacidad de escucha, aceptando y agradeciendo la vivencia de la hermana.
Bodas de Caná: Expansión misionera, María nos muestra el gesto de madre preocupada por los demás, por aquellos que no tienen, María Emilia nos pone en guardia frente a nuestro carisma misionero.
Como experiencia anduvimos de dos en dos un buen trecho del camino, por la sierra, contemplando la belleza de la naturaleza, los campos llenos de pequeñas margaritas, pintados de morado y azul, que invitaban a pisar muy despacito, así mismo como nos lo pide Dios en nuestro ser de misioneras, cuando vamos hacía el encuentro de los otros. Reflexionamos sobre cuáles son nuestras posibilidades/oportunidades como misioneras y de qué manera podemos potenciar nuestra experiencia misionera?
¿Cómo nos sentimos hoy en la misión concreta que tenemos?
El aire fresco se encargó de llevarnos a la interioridad y al compartir desde el deseo y el ardor por ser misioneras en el aquí y ahora.
Cruz: De pie en la cruz entregando el don de Cristo: Jesús nos entrega a su madre en cada Eucaristía, referencia continúa a María también en las dificultades, cómo vivir nuestros votos como ella. María Emilia nos invita a vivir bien la vocación desde la cruz, la entrega, la obediencia.
Vivencialmente hemos podido situarnos frente a cada uno de los votos, preguntándonos individualmente cuál es mi experiencia en este momento de los votos? ¿Cómo me siento? ¿Qué me resulta más fácil, qué me resulta más difícil?
Luego el compartir en binas fue muy rico, escuchando y haciendo eco de lo compartido por cada hermana.
Pentecostés: Fraternidad, comunión, María reúne nuestra vida comunitaria, retos y desafíos.
La necesidad de vivir con autenticidad y caridad nuestra vida comunitaria es una exigencia diaria, a través de una dinámica vivencial pudimos visualizar las dificultades que a veces causan bloqueos y que dificultan la fraternidad.
Compartimos a nivel general emociones y sentimientos frente a la necesidad de dar soluciones en discernimiento a las dificultades presentadas.
Por tanta riqueza, damos gracias por estos tres días compartidos, celebrados, nos queda el deseo de que todas las hermanas puedan vivir esta experiencia.