Aleluya por mis padres, por mi hermano, por mi familia.
Aleluya por tu llamada, no solo me creaste, me hiciste tu hija, sino que me quisiste para ti.
Aleluya por mi Congregación, por mis hermanas, por la naturaleza, por tanto don como recibido día a día.
Amén por mi debilidad, por este “no saber”.
Amén por los momentos de soledad, de oscuridad.
Amén por los momentos en que hago sufrir sin quererlo.
Aleluya, Señor a tu luz, dime lo que tengo que hablar y lo que tengo hacer…